lunes, 18 de mayo de 2015

Parece que fue ayer...

Parece que fue ayer, pero ya han pasado muchos días, semanas, tal vez meses, desde aquel primer momento. Un momento en el que el tiempo se paraba y todo movimiento quedaba pausado por unos instantes. Una mirada, que quedará almacenada en el del tiempo, y cuya luz, permanecerá guardada en el baúl de los recuerdos, junto a tantos momento vividos.

Parece que fue ayer cuando una nota, pudo escribir la canción de mi vida. Una canción llena de momentos, miradas, risas, llantos y conversaciones dulces y amargas. Pero, nota a nota, se escriben canciones y momento a momento, se ruedan películas. Se trata de la película de mi vida, dónde el protagonista y directos, sin saber que lo es, escribe el guión de su propia película, su vida.

Parece que fue ayer, dónde la curiosidad y el misterio era la base de nuestras inquietudes. Ni tan siquiera Da Vinci fue capaz de volar tan alto como lo hacía yo, movido por palabras, destellos e acciones. Subía y subía, sin pensar en que hubiera un techo que fuera capaz de alcanzar.

Parece que fue ayer, cuando el dichoso techo tuvo que aparecer. Como si se tratase de un pájaro sin alas, una mariposa mojada o un avión sin motor. Caía y caía, sin opción a parar. La oscuridad, la tristeza y la agonía me sostenía en un largo camino sin fin, dónde no existía escapatoria alguna.

Parece que fue ayer, cuando todo sucedía, desde el ascenso al cielo, hasta el descenso a los más oscuros lugares. Pero la realidad es que no era ayer, es hoy. Atrapado en mí mismo, sin escapatoria alguna. Porque yo soy mi mayor amigos y enemigo a la vez, dónde un día puedo estar en lo más alto y al día siguiente tocando el fondo.

Parece que fue ayer, pero es hoy cuando he aprendido a convivir conmigo mismo, a valorar lo que uno tiene en cada instante, y a disfrutar de la vida cada momento, como si no hubiera futuro alguno para mí.

Únete a Pensar

0 comentarios:

Publicar un comentario