sábado, 23 de mayo de 2015

Mirada del ayer

Parece que fue ayer cuando tan solo era un niño, dónde no existían las preocupaciones, las indecisiones o los problemas. Un lugar dónde todo era felicidad y diversión, y los problemas, no eran parte de mi vida. Vivía alejado de la realidad, o al menos, de la realidad que hoy en día se conoce.

Son muchas las razones que hacen que el día a día sea un suplicio mirarlo, da miedo abrir el periódico y tan solo ser capaz de leer tragedias en el mundo y en la vida de las personas; y más miedo aún, encender la televisión y ver cómo las personas están sufriendo. Esta es la triste realidad, el presente. Es el lugar dónde vivimos y no podemos huir, es el lugar que nosotros estamos creando. Es triste que las personas seamos capaces de hacer cosas tan grandes, como puede ser dar vida, y tan miserable como quitarla.

Estas cosas existían en el ayer, existen hoy, y existirán desgraciadamente en un futuro incierto, y aún por llegar. Pero, que felices éramos hace años, cuando nuestra única preocupación era cosas que hoy en día ni las tenemos en mente, cómo aprender a montar en bicicleta, ir al colegio el primer día del curso, conocer otras personas... Problemas que hoy en día ya nos gustaría poder tenerlos, ya que nos harían felices.

Entre toda la miseria y los escombros que vamos apilando con los problemas, se esconden las pequeñas cosas de la vida que hacen que crecer merezca la pena. Una mirada, una sonrisa, un abrazo, un instante de risa, hacer que por unos minutos el reloj de la vida se pare, y nos lleve al pasado, dónde todo era perfecto.

Únete a Pensar

0 comentarios:

Publicar un comentario